La visita al faro no puede faltar en todo verano que se precie... cual nos desvelará sus secretos este año?
A este pequeño faro he llegado sin mapa, sólo lo he visto en mis sueños de niñez pero seguro que en algún rincón del planeta hay uno igual... lo encontraré!
Solíamos llegar a casa con los bolsillos cargados de piedras y conchas a las que buscábamos un montón de utilidades. Muchas veces aparecían en el fondo de los cajones y nos reíamos al recordarlo... Este es el pequeño homenaje a nuestra calita, a los amigos y a los tesoros perdidos... y a los recuperados.
Plata y cuentas de ágata en la primera imagen, plata y caracolas del Atlántico en la segunda.